Los personajes de una ciudad se definen por su quehacer, por la amplitud de sus relaciones y por la capacidad que tienen para dejar huella. La ciudad de Badajoz está repleta de personajes que han aportado algo a ella en distintos y diversos motivos, bien en lo social, en su barriada, en los medios de comunicación, en la música, en lo profesional, en su manera de ser..............
Apolonio Noriega Guzmán nació en Feria el 13 de agosto de 1926 y falleció en Badajoz el 28 de julio de 2016, conocido popularmente como "Don Apolonio". era un personaje muy conocido en Badajoz ya que asistía como Capellán a la Policia Nacional, la Plaza de toros, al C.D. Badajoz, y un sinfín de sociedades deportivas.
Era un cura de los de antes de esos últimos que todavía lucían una sotana preconciliar, pero con unos cuantos pines encima de ella. También gustaba de madrugar para ir de caza, otra de sus pasiones. Pero contra lo que pudiera parecer a sus misas de las 6.30 de la madrugada los domingos en Santo Domingo acudía mucha gente, eran rápidas y dejaban libre el resto del día.
Estudió en el seminario San Atón, y fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1950 y su primer destino fue como Coadjutor en Burguillos del Cerro, cargo que ocupó entre el 1 de julio de 1950 hasta el 11 de diciembre de 1951, que pasó a la Catedral de Badajoz tras obtener una plaza por oposición como Beneficiario Sochantre. Allí permaneció hasta su jubilación en diferentes cargos.
En 1980 fue promovido a Maestro de Capilla y el 8 de diciembre de 1987 pasó a ser Canónigo-Maestro de Capilla, cuando se suprimió el cuerpo de Beneficiarios de la Catedral
Fue capellán del C. D. Badajoz durante 58 años, en hazaña de perseverancia difícil de igualar. Generación tras generación, los aficionados nacían, crecían, y hasta morían y eran despedidos con la cercanía y el cariño de su capellán. Era un seguidor entusiasta del equipo y sufría mucho por su Badajoz. Desde hacía algunos años vivía en la residencia de Ancianos de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Badajoz..... En su recuerdo D. Apolonio.
Manuela Otilia Pulgarín González, más conocida como "Rosa Morena", nació el 11 de julio de 1941 en Badajoz, concretamente en la calle Felipe Checa entonces llamada Flechas Negras y popularmente calle Larga. Falleció el 4 de diciembre de 2019.
Era hija de un minero e integrante de una familia numerosa que se completaba con un nutrido número de hermanos (ocho).
Comenzó a cantar en Badajoz a los seis años, en donde obtuvo el primer premio en un concurso musical "Jueves infantiles", organizado por el locutor de radio Julián Mojedano, en el Teatro López de Ayala en 1953.
En dicho certamen imitaba a Antonio Molina, interpretando los temas "El macetero" y "A la sombra de un bambú". Fue allí donde empezó a hacerse conocida a través de presentaciones en Radio Extremadura, para luego, presentarse en el espectáculo teatral "Los Nardos Extremeños" junto a la familia de Porrina de Badajoz, realizando giras por localidades de la provincia de Badajoz. Momentos en los que se estaba gestando el fenómeno de los niños prodigio.
Debutó en Madrid al lado del maestro Millán, en la Cabalgata fin de semana de Bobby Deglané y José Luis Pécker en Radio Madrid, interpretando "24 cascabeles" de Antonio Molina, y allí tuvo la oportunidad de conocer a Lola Flores, Concha Piquer y Antoñita Moreno.
Desde muy joven comenzó un periplo que la llevó por Francia, Bélgica, Japón, Iberoamérica o Estados Unidos.
Cobró su popularidad en España en los años 70, luego de haber recorrido gran parte de América y los EE. UU. cuando aún era una joven con gran virtuosismo vocal pero poco conocida en su propio país. Participó durante una gala benéfica en Nueva York, en donde compartió cartel junto a Frank Sinatra, Judy Garland, Dean Martin, Sammy Davis Jr., y otros importantes artistas, lo que hizo que se le otorgase el Premio de la crítica de Nueva York.
Estrella de la música y mito erótico, desafiante de los convencionalismos sociales, fue pionera del género flamenco pop, con temas como "Échale guindas al pavo", su mayor éxito, lo que hizo que la catapultase a la fama.
Obtuvo además otros importantes premios, entre los que destacan, Premio de la crítica de Split, Premio de la crítica de Río de Janeiro, Olé 70' , Populares de pueblo, 1º Premio del Festival Montjuich 72' , Reina de los gays 77' , entre otros muchos.
El momento cumbre de su carrera llegaría de la mano del programa de televisión A su aire, de Chicho Ibáñez Serrador para TVE, en 1974.
Donde ella realizó un concierto en el que interpretó sus grandes éxitos en la base militar de Alcalá de Henares, cantandoles a los paracaidistas a ritmo de flamenco pop. Su popularidad hizo que fuera reconocida por otros apelativos cariñosos que le impusieron sus fans: La Bomba de España, La Reina del Pop Flamenco, Manuela de Badajoz, La Cenicienta de España, Rosa de España, o La Marilyn Monroe española.
Se la recuerda como una mezcla explosiva entre Estrellita Castro y Brigitte Bardot, que presumía de belleza con escotes de vértigo y vestidos ceñidos a las curvas. Camilo Sesto la calificó como la Marylin española porque no dudaba en animar a la tropas.
Una enamorada de su tierra como así
nos lo demuestra en esta canción.
"Badajoz la tierra mía"
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Algunas fotografías de Rosa Morena
En sus inicios en una actuación en Radio Extremadura.
Fotografía proporcionada por Mari Carmen Rendón
Rosa Morena en los años 60
Premio de la Crítica de Nueva York
Recogiendo el 1º Premio
del Festival de Montjuich
En el rodaje de una película en Badajoz
en el Guadiana junto al Puente de Palmas.
(Fotografía del Diario Hoy)
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Algunos vídeos de sus canciones
"Badajoz la tierra mía"
"Échale guindas al pavo"
"Extremadura"
Actuación en Galas del Sábado en 1970
Entrevista en Canal Extremadura en 2012
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Descansa en paz Manuela Otilia, llevastes por todo el mundo el nombre de Badajoz, la tierra tuya, como dices en una de tus coplas, pero te has ido, sí, te fuistes sin ese reconocido homenaje que te merecías y que no sido posible por esa dejadez que caracteriza a nuestras autoridades.
Este es mi humilde reconocimiento a tu labor de llevar siempre contigo la ciudad que te vió nacer. ¡¡ Hasta siempre !!.
Julián Mojedano Muñiz nació en Badajoz en 1920 y falleció en 2009, quién con 20 años comenzara como componente del cuadro de Actores de Radio Extremadura Badajoz-EAJ-52, ha sido fiel a esta emisora hasta su muerte el 23 de julio de 2009. En Radio Extremadura, más tarde de la cadena SER, se hizo locutor y la radio fue para siempre su compañera, su amante, su razón de vivir, marcó su propia estela en la radio, pero huyendo del estrellato. En 1966 se le otorgó el más alto galardón con el que un profesional de la radio puede soñar: el Premio Ondas por su trayectoria en la radio. Una calle en Badajoz lleva su nombre, y en Almendralejo fue nombrado Caballero de la Orden del Miajón de los Castúos.
Y es que Julián fue uno de los grandes rapsodas de este país interpretando como ninguno los versos del poeta extremeño Luis Chamizo.
Desde que su madre lo trajo al mundo en la calle Doblados de Badajoz nació en esa ciudad una estrella de la comunicación, llegando a convertirse en un personaje muy popular en Extremadura, pero revestido de una extraordinaria sencillez. Julián Mojedano marcó su propia estela en la radio, pero huyendo del estrellato, creó personajes populares que llegaron a ser muy queridos por todos sus oyentes: El Tío Curro, Don Batallas, Don Hilarión... Elaboró miles de guiones adaptando teatros, zarzuelas, poesías... Antes de trasladarse a vivir a la residencia geriátrica donde murió, vivió en su querido barrio de San Roque de Badajoz, primero en la calle de Isidro Pacense y luego en Ricardo Carapeto, los recuerdos del cariño que este genial locutor cosechó de sus oyentes y admiradores se agolpaban en todos los rincones la casa. Y es que a Julián se le llegaba a querer cuando se introducía en los hogares a través de sus programas Teatro en casa, Música mientras trabajas, como en las distancias cortas, en el tú a tú diario, cuando no estaba ante el micrófono donde se agigantaba su espíritu creativo.
Fue romántico y sentimental, castizo y populachero, amante y amador, humilde hasta la desesperación, fiel devoto de la Virgen de Bótoa, declamador único de versos escritos a golpe de gubia y sabiduría, que un día le prometió amor eterno a un micrófono
Nos queda su eco, su humanidad de lágrimas merced a una "nacencia" que, sin ser esta la intención de Luis Chamizo, fue escrita exclusivamente para que Julián la proclamara a los cuatro vientos, aquí y allá, donde menos uno pudiera imaginarse.
Porque, éste donde esté Julián, allí estará
el alma poética del poeta de Guareña.
Fue sin duda alguna, la voz de Extremadura dentro y fuera de la radio.