Lavanderas de Bótoa

Las Lavanderas de la Hermandad de Bótoa son las encargadas de cantar a la Virgen y de acompañarla en sus actos, ellas son las personas más entrañables y queridas desde todos los tiempos. 
Eran mujeres extremadamente humildes que iban a lavar a los arroyos que pasan cerca de la ermita, y siempre han estado muy cerca en todo lo relacionado con la Virgen. Se integran en la Hermandad en la segunda mitad del siglo XIX y son las que se encargan del traslado de la Virgen con motivo de las rogativas que se hacían y en la procesión el día de la Fiesta. 
Esta tradición cambió al ser personas muy mayores ya y pasaron a ir en la procesión delante de la imagen de la Virgen. Desde muy antiguo las Lavanderas, una semana antes de la Romería, al anochecer, cuando terminaban su jornada laboral, recorrían las calles de Badajoz entonando sus tradicionales cantos a la vez que recaudaban los donativos que las gentes les daban para hacer frente a los gastos de la romería. 
Impecables, con su traje celeste, mandil, pañuelo blanco, y provistas de sus instrumentos más característicos, las lavanderas entonan las canciones que han sido transmitidas de generación en generación o que han ido componiendo a lo largo de su historia, sus preciosas melodías son el himno de la romería. 
Con alegría e ímpetu estas mujeres que forman parte de esta agrupación cantan a la Virgen más campechana mientras la acompañan en todos sus actos, ellas son desde luego, parte imprescindible de Bótoa y su romería. 
La banda sonora de Bótoa, que nació hace un siglo entre agua, jabón y ropa sucia, llega hasta ese domingo de la romería en forma de panderetas, sonajas y castañuelas.
Fotografías de lavanderas de antes 
cedidas por Concepción Mata Trinidad 
La figura de la LAVANDERA (sí, en MAYÚSCULAS) sigue latente en todo el entorno de la Virgen, ya que esta tradición se ha ido transmitiendo de madres a hijas y el paso del tiempo afortunadamente la ha mantenido, no la ha eliminado. 


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