Manuel Suárez Silva en plena faena en el Galaxia
Los "Limpias" como se les llamaba popularmente a los limpiabotas, es un oficio que según parece hizo su entrada en la península por Barcelona a mediados del XIX procedente de las ciudades inglesas y que paulatinamente se fue popularizando por todas las ciudades españolas, y es muy probable que a principios del XX ya tuviéramos a nuestros “limpias” en las calles de Badajoz.
Prácticamente la totalidad de los que se dedicaban a este oficio eran gitanos y que empezaban desde muy niños.
Hace ya algunos años los "limpias" ejercían tanto en la vía pública como en cafeterías de cierto renombre como "La Marina", "Avenida", "El Águila", "Colón", "El Sótano" y otras. Sociedades como "El Club Taurino" o el "Casino", hoteles como el "Madrid" o el "Simancas", Bar Tabares, Bar Sevilla, Bar Chipen e incluso en peluquerías, y cada espacio tenía su profesional al servicio de la clientela y del dueño, pues ejercían igualmente si se terciaba como recaderos.
Por ser el centro de la ciudad, esperaban a los clientes sobre todo en la misma Plaza de España junto a la calle del Obispo.
Los "limpias" que estaban fijos en algunos de estos negocios, solían ir impecablemente uniformados con sus chalecos a rayas nombre incluido y pantalones negros, pasando a convertirse automáticamente en lustradores de calzado, que no es lo mismo.
En
los años 60 y los 70 había en Badajoz más de veinte
limpiabotas repartidos por los rincones más transitados de la ciudad,
desde San Juan a la Plaza Alta.
En el año 2007 ya sólo quedaban tres, Hotel Río, Calle Mayor y "Galaxia".
Era ver con que soltura y velocidad se cambiaban el cepillo de mano dando un característico golpe a la vez, aquellos chasqueos de la balleta, eran desde luego auténticamente unos artistas y merecía la pena pararte solamente por el mero hecho de verlos trabajar.
Aquí en nuestra ciudad de Badajoz hubo bastantes, algunos muy reconocidos como tales, y aunque faltan más, quisiera recordar aquí a algunos de ellos :
"El Musiquina", "El Sapo Chico"", el padre de "El Peregrino", "Diego el del Casino", "Galo” en el hotel Simancas, "Curro" en la peluquería "Ideal”, Manuel Giles "El Negro" en el Club 67, "Cristobal Salazar", "Luís Suárez", Julián Silva", "Fernando Salazar", "el Canini", Angelito y Alejandro en "La Marina", Tovalo y Sena en la cafetería Avenida, Cipri en el bar Cárdenas, "el Moro" y "el Cabeza" en Colón, Eugenio Silva en el Chipén o "Manuel Suárez" en el "Galaxia".
El ser limpiabotas era algo que por tradicional y antiguo pasaba desapercibido, pero ellos en los bares, estaban "ojo avizor", siempre a la caza del posible cliente.
Los limpiabotas eran los oídos de las tertulias de los cafés, y guardaban dentro muchos secretos, pues como todo negocio montado "por libre" la psicología y la experiencia cuenta mucho.
Datos recogidos del libro "Gitanos de Badajoz" cuyo autor es Manuel Iglesias Segura.
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