El Hermano Daniel

Nicolás Goyoaga Leceta era el nombre real del Hermano Daniel también llamado por sus muchísimos alumnos y amigos como “El Gran Dani”, llegó a Badajoz con 26 años en el año 1942 y pasó en la ciudad los siguientes 47 años de su vida dedicado a la enseñanza. Nació en Ceánuri (Vizcaya) el 16 de Abril de 1916 y falleció en Benalmádena (Málaga) el 1 de marzo de 1992. 
Era muy conocida su actuación cuando hacía de “policia local“ dirigiendo y cortando el tráfico en la puerta principal del colegio, allí se ponía en medio de la avenida, parando los coches y daba paso a los alumnos, y todo el mundo respetaba sus señalizaciones, tanto peatones como vehículos. 
El 2 de enero de 1973 se le concedió el título de Hijo Adoptivo de Badajoz y en 1989, con 73 años, la Congregación Marista creyó conveniente llevarle a la Residencia de Hermanos Mayores en Benalmádena, donde falleció en 1992 con 75 años. 
Fue enterrado en Badajoz y más de 1.000 alumnos asistieron a su funeral y pasearon su cuerpo por el patio. 
El fue el hermano marista que más tiempo ha permanecido en Badajoz, y  llegó a impartir clases a dos generaciones de la misma familia. 
El hermano Daniel ha dejado una huella de cariño en Badajoz, incluso le nombraron hijo adoptivo de la ciudad en 1973 y el ayuntamiento le dedicó una plaza junto a el colegio. 
Desde hace años se celebra un festival de corales durante dos días y que lleva su nombre, “La Coral del Hermano Daniel. 
Personalmente a pesar de no ser alumno del colegio, tuve con él una muy grata relación, pues era vecino de ellos y siempre me dejaba "saltarme la pared" que circundaba el colegio y participar en los juegos de los alumnos......En su recuerdo hermano Daniel. 

Algunas imágenes del Hermano Daniel 

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Javier e Isaac Feijoo con el hermano Daniel en 1969 
Fotografía proporcionada por Javier Feijóo Rodrigue

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Celebración del centenario de su nacimiento 

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1 comentario:

  1. Fui alumno suyo. Un gran hombre. Un santo. Recuerdo sus vueltas andando a los patios rezando el rosario el sólo. O cuando una vez que yo observava atónito una escena en una película de los domingos en el colegio, se me acercó y me dijo al oído: "Todo eso es mentira"

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