Ramón Suárez Salazar conocido en el mundo del flamenco como "Ramón El Portugués", aunque nacido en Mérida en 1948 por circunstancias del destino residía en Badajoz. Perteneciente a una familia gitana de tradición flamenca, pues es sobrino y a la vez yerno de Porrina de Badajoz.
Creció en una casa humilde, en la que convivían casi quince personas que dormían en la misma habitación sobre jergas de paja y mantas, y en la que aun así, en sus propias palabras, sólo se oían cante y risas.
A los doce años se trasladó a Madrid, requerido por su tío Porrinas, y el mismo día en que llegó a la capital fue contratado en un tablao flamenco en el que también trabajaba su pariente.
Desde entonces ha luchado para convertirse en un cantaor importante, aunque bien es cierto que irregular, y a finales del siglo XX y principios del XXI gozaba de un merecido prestigio entre los aficionados al género.
Su concepción del cante flamenco implica el convencimiento de la necesidad de ser gitano para sentir ese arte: "...los gitanos tenemos una forma distinta de expresar que los payos...", un arte del que forma parte inseparable, según él, el sufrimiento a que los de su raza se han visto sometidos desde que llegaron a Europa, y que les ha llevado a expresarse musicalmente de forma distinta a como lo hacen otros.
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Algunas de sus actuaciones
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