Aquellas Comadronas o Matronas

Los pacenses de una edad un poco madura, esos que ya peinamos canas, seguro que se acordarán, de aquellas matronas que nos trajeron al mundo, esas comadronas de toda la vida, siempre mujeres, esas profesionales dotadas de gran personalidad y carácter a quien había que llamar para dar a luz, en aquellos centros hospitalarios que teníamos en nuestra ciudad, esos que ya han desaparecidos, como el Hospital Provincial de San Sebastián, el Sanatorio de la Cruz Roja, el Sanatorio La Milagrosa, el Sanatorio del 18 de Julio y por último la Maternidad Provincial. Unas matronas amables y cariñosas, otras recias y de mucho genio, todas eran aquéllas que venían al instante cuando se las llamaba, y que ayudaron a alumbrar a varias generaciones de pacenses. He aquí varias de ellas: 

Angélica Corrales Maldonado, Carmen Acevedo, Carmen Díaz Picazo, Carmen Hernández Doncel, Carmen Polán Cordero, Consuelo Moreno Sardiña, Encarna Cifuentes Laguna, Encarnación Orellana Alcarazo, Francisca Castaño Berrocal "Paquita", Francisca Corbacho, Isabel Albarrán Guerrero, Isabel Colorado Guerrero, Joaquina Caldito Gutiérrez, Joaquina Carbonero Macarro, Josefa Balas Martínez, Josefa Corbacho Rodríguez, Josefa Lavado, Josefina Gil Donoso, Juana Maeso, Justa López Espino, Manolita Núñez Redondo, Manuela Orellana Alcarazo, María Alonso López, María Crespo Durán, María Cruz Vázquez, Maria del Carmen Oncins Hipólito, María González Castillo, Maria Gracia Tirado Carbonero, Maria Luisa González Rodríguez, Maruja González, Matilde Moreno Sardiña, Pura Llera Cruz, Rafaela Cumplido Ordaz, Rosa Cabello Macías, Sagrario Cifuentes Laguna, Teresa Rodríguez García, ........
Mi más sincero recuerdo y merecido homenaje a estas mujeres especiales, algunas de las cuales, ya fallecidas y otras jubiladas, sé que me quedo atrás muchas, muchísimas más, las cuales espero incluir con vuestra ayuda.  

Fuente: Pascual Malo Salas. 

ooooooooooooooo

He aquí varías de ellas.

En su recuerdo

Doña. Teresa Rodríguez García

Fotografía cedida por Mariano Peinado