Jose Núñez Diaz “Chiringuito, o Chiringui”, gaditano de San Fernando, flamenco y gitano el era parroquiano habitual de la Cacharrería, un sitio flamenco como pocos de la Plaza Alta.
Un lugar donde el flamenco se bebe en largos tragos de vino de Tierra de Barros, acompañado de un buen asado o de bacalao al cacharrero, da igual, el caso es disfrutar de un buen cante en compañía de buena gente, que en Badajoz las hay.
Cuenta de grandes fiestas flamencas en La Isla y los parroquianos de la Plaza Alta de Badajoz, lo escuchaban con la boca abierta, cuando decía que le había bailado a Caracol, que había bebido Botaina con él y que se había emborrachado de Flamenco hasta altas horas de la madrugada.
Pero en el fondo, cuando Chiringuito lo contaba, no lo creían, ya que era demasiado bonito para ser cierto que aquella persona que divagaba por la plaza, fue amigo de los más grandes del flamenco.
Y ese es Chiringuito o Chiringui, aquel que vagaba por la Plaza Alta de Badajoz, aquel que hacía un replante a la luna, aquel que chocaba los nudillos en las mesas de madera de la Cacharrería.
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