Jacinta García Hernández nació en Badajoz en 1899 y falleció el 26 de agosto de 1992, fue una persona de gran valía que supo aunar su faceta investigadora con su verdadera vocación docente, que cultivó toda su vida. Estudió Magisterio en la Escuela Normal de Badajoz, pasando después a completar su formación en la Escuela Superior de Magisterio en Madrid.
Allí, formó parte del Seminario de Etnografía, Folklore y Artes Populares que había impulsado el catedrático D. Luis de Hoyos Sainz, conociendo el método etnográfico como herramienta fundamental para las futuras profesoras de Labores en su conocimiento del traje regional. Fruto de su participación son las memorias "Estudio monográfico de las prendas exteriores de los trajes populares españoles" y "Bordados y encajes en los trajes regionales españoles", publicadas en 1924.
Inmediatamente después, Dña. Jacinta se incorpora al equipo que D. Luis de Hoyos había formado para la gran Exposición del Traje Regional Español en 1925, como auxiliar en las tareas de clasificación, estudio y exposición de las prendas recibidas de toda España junto con su compañera Carmen Gutiérrez Martín.
En 1928 presenta sendas ponencias al I Congrès International des Arts Populaires celebrado en Praga, sobre "Los motivos decorativos en los trajes populares españoles" y "La ornamentación de las prendas exteriores (aplicaciones y bordados)", y por fin, en 1930 obtuvo el título de Maestra de la Enseñanza Normal en la sección de Labores.
Tras esa fructífera etapa formativa, pasó a ejercer como profesora de Labores y Economía Doméstica en la Escuela Normal de Maestras de La Laguna (Tenerife) y, ya en 1932, en la de Granada. Allí fue al mismo tiempo bibliotecaria y directora de la Residencia de Señoritas Normalistas, conviviendo con las estudiantes de Magisterio en un nuevo alojamiento especialmente creado para ellas, y ejerció como correspondiente para la provincia granadina del recién creado Museo del Pueblo Español.
Tras la guerra civil, Dña. Jacinta fue depurada como muchos otros funcionarios, no recibiendo ninguna sanción, por fin consiguió regresar a su ciudad natal, ocupando por traslado la plaza de Profesora de Labores, Trabajos Manuales y Enseñanzas del Hogar en la Escuela Normal de Maestras de Badajoz en octubre de 1945, integrándose también en la Junta Económica del centro.
En muy poco tiempo, su presencia se hace imprescindible en la Normal, ocupando accidentalmente la Dirección ya en 1947, finalmente toma posesión oficialmente como Directora el 1 de marzo de 1949, sucediendo a Dña. Juana Prósper, que había sido profesora suya y por la que siempre mantuvo un agradecido reconocimiento.
En sus primeros años como directora, tuvo que hacer frente a la precariedad de medios que era proverbial en aquellos años de la posguerra, especialmente el viejo edificio que ocupaba la Escuela en la calle Menacho tenía toda clase de deficiencias, por lo que tuvo que luchar para conseguir un nuevo y funcional edificio, inaugurado en 1959, que compartieron las Escuelas Normales masculina y femenina.
En 1962, pasó a ocupar la Cátedra de Pedagogía en la sección de varones, jubilándose en febrero de 1968. Fue una persona de gran valía que supo aunar su faceta investigadora con su verdadera vocación docente, que cultivó toda su vida.
Fue una maestra muy querida y una directora muy valorada por sus compañeros, muchos años después de su jubilación, aquellas personas que tuvieron la fortuna de trabajar con ella, la recuerdan con cariño y admiración.
En su recuerdo...
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