El padre Eugenio Sánchez Tejerina sacerdote del Gurugú y de Cuestas de Orinaza, fue uno de los más destacados impulsores del desarrollo de las zonas más desfavorecidas de la margen derecha del Guadiana.
Nació en Valle de las Casas (León) y llegó a Badajoz recién ordenado sacerdote de forma provisional con 24 años, aunque trabajó aquí durante 33 más, hasta su fallecimiento en su ciudad natal el 6 de agosto de 2003.
Fue un sacerdote que integró dos mundos, ya que vivía entre los gitanos como gitano y entre los payos como payo.
Entre otras labores, Eugenio Sánchez llevaba a cabo un proyecto con Cáritas dirigido a los niños de los barrios menos favorecidos de la ciudad y con quienes realizaba excursiones, talleres y manualidades.
Así como también ayudaba a los toxicómanos en su lucha por dejar la droga, con ellos participaba en el proyecto Vida, para su reinserción, y también trabajaba en el centro penitenciario.
El fue el inspirador de la procesión gitana de la Virgen de Fregenal e impulsó otros muchos proyectos.
De entre ellos, el más bonito fue el que quedó sin concluir, el desarrollo de la barriada de Los Colorines. Una de las grandes virtudes de este sacerdote fue integrarse totalmente en la cultura extremeña, algo muy difícil para un castellano leonés, él nunca quiso moverse de aquí, y fue capaz de abrirse a otros campos.
Estudió para terapeuta, trabajó en el Proyecto Vida, en Cáritas, y sobre todo hizo un desarrollo comunitario a través de la Asociación de Vecinos.
Fue sin duda un personaje ejemplar para los demás, que tiene una plaza con su nombre donde se encuentra el Parque de la Viña en la margen derecha.
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