Personajes de Badajoz : Emilio Salas Merchan

Emilio Salas Merchan , nació en Badajoz el 10 de enero de 1923, sus padres eran una familia de industriales de nuestra ciudad, su padre regentaba la casa de embutidos y coloniales "Emilio Salas", en la Plaza de Cervantes, esa plaza conocida popularmente como San Andrés desde principios del siglo XX.

Cursó estudios en el Colegio de los Hermanos Maristas, donde transcurrieron sus años de bachillerato, alternando sus ratos libres para disfrutar de una de sus mayores aficiones que era el deporte, tales como la natación, el atletismo, la bicicleta, el baloncesto y un largo etcétera de disciplinas deportivas), era un asiduo del "Gran Gimnasio de Badajoz" dirigido por el magnífico gimnasta y político Armengol Sempere.

Fué un gran nadador cultivado en su querido rio Guadiana y en campeonatos de natación en distintas ciudades de España, que le valió el título de entrenador, pero con la llegada a Badajoz del "basquetbol", que era como se llamaba al baloncesto en los primeros años de la década de los treinta, de la mano del gimnasta Armengol, empezó lo que sería su gran pasión por el.

En 1938, comenzó su carrera en dicho deporte, dirigido por Anselmo López, que llegaría a ser entrenador del Real Madrid, seleccionador nacional y posteriormente, presidente de la federación española de baloncesto.

Tuvo de compañeros de equipo a Arrones, Agapito Santos, Manolo y Antonio Barrena, Alfonso Escudero, Trevijano, Cortés Quirell, Villa y Blanco, entre los más conocidos, que llegaron a jugar por toda la geografía española.

Ya en 1944, con el fallecimiento de su padre, comenzó a formar parte del negocio familiar más intensamente, en su tienda de embutidos en San Andrés, durante muchos años, y en 1946, contrae matrimonio con Carmen Beltrán Lorenzo, de la que nacieron sus cinco hijos, que son Emilio, María del Carmen, Fernando, Antonio y Aurora.

Su esposa Carmen, era una gran mujer, muy trabajadora, que regentó la Lechería y Dulcería de San Andrés, con sus famosas "magdalenas y bollos de chicharrones", que hacían las delicias de la gente, por sus olores, al pasar por la plaza.

En 1958, Emilio cambia su estilo de negocio por la hostelería, al inaugurar la "Cafetería Saymu", en la calle del Obispo, que fué durante muchos años lugar de encuentro de muchos jóvenes y no tan jóvenes pacenses y lusitano, allí fué instalada la primera máquina de música que hubo en Badajoz, marca "Sinfonola 96", semejante a las que veíamos en las películas americanas, la famosa "ensaladilla" etc., que degustaban los clientes a la "hora del Vermut".

También recuerdo con un poco de nostalgia aquellos asientos de que disponía para los clientes los cuales eran de los trenes de la Renfe.

En esa época, estuvo acompañado por su hijo mayor Emilio, hasta que este viró hacia mares más lejanos en 1969 debido a su estancia en la Armada Española, pasando el relevo a su hermano Fernando, el cual estuvo acompañando a su padre en la cafetería hasta su cierre.

En los últimos años, "los churros", con café o chocolate que deleitaban en los desayunos y meriendas, a las personas de Badajoz y las que nos visitaban de los pueblos, que venían a resolver sus problemas a la capital, muchos en su paso obligado para dirigirse a la zona de San Juan, donde se realizaban los negocios de tierras, ganados, viviendas, etcétera, con aquellos corredores que pululaban en los alrededores del quiosco de la plaza.

Así toda su vida laboral, hasta que vino su "jubilación", y el derribo del edificio de la calle del Obispo en 1984.

Su obra siguió dirigida por su hijo Fernando en el antiguo local del "Bar Salas" en San Andrés en 1987, y algunos años mas tarde con el derribo de la casa familiar se volvió a inaugurar el nuevo "Saymu 2", que permanece en la actualidad.

Durante parte de su vida de jubilación y anteriormente, se dedicó a disfrutar de su querida playa de la Victoria en Cádiz, donde pasaba grandes temporadas junto a su familia, hasta este año que no pudo volver, al fallecer lamentablemente en su querida ciudad de Badajoz el 17 de Septiembre de 2020.

Mi agradecimiento a su hijo Emilio Salas Beltrán por los datos proporcionados, así como las fotografías aquí expuestas.