Bartolomé Collado Jiménez nació en Badajoz en 1925 y falleció el 17 de julio de 2021, por suerte nos dejó una extensa y variada obra literaria, poesía, cuentos, artículos, colaboraciones en prensa, teatro en verso, etc......
Era academico de la Academia de Ponze (Italia) y Sao Paulo (Brasil), era ese quijote del pasado siglo y del siglo XXI que deambulaba por los bares deshaciendo entuertos, esos que siempre hay en los versos de los poetas, que es tanto como decir, los agravios y sinrazones de las relaciones sociales que existen entre todos los seres humanos que habitamos este planeta.
Bartolomé con su seriedad entre ceja y labio, con su bigotito recortado, con el andar tranquilo pero decidido, amigo de los justos y un barrabás para los indeseables.
Y luego está su obra, esa que nos ha dejado, su poesía muy lejos de la oficialista, él era independiente, no admitía subvenciones, como debe ser la auténtica poesía.
Escribia lo que venía en gana, sin atenerse al qué dirán los de un partido o a lo que criticarán los del otro, escribía poesía libre, que no sin rima, porque nuestro bucólico trovador, sentía la rima como una necesidad, que es al fin y al cabo, la música del poema.
Y así, rimando, iba cosiendo con el hilo del verso miles de trovas que le sirvieron para enriquecer su obra desde un estilo original, bartolomiano. Estrofa tras estrofa, satíricas, descarnadas, perfectos y quevedescos sonetos con estrambotes, ya sean romances, liras, décimas, redondillas y hasta un auto sacramental...
Imaginemos a este artista contando las sílabas en cada verso, un clásico reglado con el caldo de cultivo propio de los verdaderos genios de la Lírica.
Y a muchos críticos les ha sorprendido la facilidad que tenía Bartolomé para escribir un poema, para rimarlo sin fórceps, haciendo una auténtica obra de arte con las palabras, su forma de ser no casaba con los autobombos y platillos de los cenáculos donde tanto ripio abunda, él sólo escribía lo que le dictaba la musa de su conciencia, en perfecta comunión con su pensamiento y sentimiento, y ello nos lo comunicaba en verso de capa y espada.
Bartolomé, compositor y juglar por las tertulias y bares de Badajoz, esa medalla de la Academia de Brasil, elemento subversivo con la Política y los políticos desde que era un joven funcionario de prisiones, ¡hay que ver la casualidad con los tiempos actuales!, seguramente tuvo a más de uno a su custodia.
Collado ha sido el mejor poeta extremeño contemporáneo de lengua afilada y hábil sentido de la ironía, ridiculizando ferozmente lo que decidía combatir. Un poeta de versos que han respondido a una dialéctica visión testimonial de nuestra época desde la transición democrática.
Un poeta cuyas opiniones políticas y culturales y los pocos remilgos con que las ha expresado, seguro de su propia verdad, le han ganado popularidad y fobia por igual, pero un excelente poeta que lo mismo ha enjuiciado a un escritor, a un obispo o a un presidente de gobierno.
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